La crisis mundial generada por el Covid-19 trae consigo grandes retos, pero nosotros somos gente de acción, rotarios de impacto que ayudarán a los más afectados a través de microcréditos, subvenciones y proyectos.
Ninguna crisis puede detener los latidos de la humanidad
, pues a pesar de los obstáculos, hemos dejado un mensaje grabado en la historia: seguimos dejando huella, porque estamos en movimiento.
Actualmente la sociedad tiene taquicardias. Por un lado, los periódicos plasman entre sus páginas un número aproximado de 8 millones de personas desempleadas en nuestro país por los estragos del Covid-19.
Por otra parte, todos estamos ansiosos por reactivar la economía, pues además de las opiniones de especialistas en el tema, la realidad nos pinta un escenario difícil, para una obra de teatro donde el personaje principal es la incertidumbre.
Hoy nos enfrentamos a una crisis única en su tipo y debemos desarrollar la mejor versión de nosotros mismos para enfrentarla, recordar que, al ser rotarios, el mundo nos conocerá por nuestras obras.
Las causas que tenemos como rotarios pueden beneficiar la vida de aquellas personas afectadas por la crisis, y entre los actos más importantes que podemos hacer por nuestra comunidad, se encuentran los siguientes:
Una de las formas más sabias de conocer la realidad, es a través de la evaluación.
Todo el tiempo evaluamos, pero no somos conscientes de ello: determinamos qué o quién tiene mejor rendimiento, efectividad, entre otras cosas.
Nuestras decisiones derivan de una previa y, en la mayoría de las ocasiones inconsciente, evaluación. No obstante, ¿Sabemos evaluar?
En el libro “Blink, Inteligencia intuitiva” del autor Malcolm Gladwell, se desarrolla la hipótesis de que nuestra intuición evalúa tan rápido, que nos da la facilidad de averiguar la verdad en segundos si sabemos utilizarla.
Antes de poner manos a la obra debemos evaluar: cuál es la situación a enfrentar, el terreno donde existe y las actividades que ofrecen mayores probabilidades de solución.
Es decir, desarrollar el “pensamiento estratégico”.
Identificar las necesidades de nuestra comunidad.
Un rotario de impacto, tiene triunfos y fracasos, logros y cicatrices. La vida nos enseña que la necesidad es la principal fuente de creatividad, pues cuando el ser humano enfrenta limitantes, busca ideas que le salven la vida.
Después de evaluar nuestra situación actual, será sencillo percibir las necesidades de nuestra comunidad, comenzando por lo que existe a unas cuantas casas de la nuestra.
Hay fraccionamientos donde la mayoría de los residentes son de la tercera edad, ¿Reciben apoyo de sus familiares para comprar sus despensas y no exponerse? ¿Cuentan con ingresos seguros para cubrir sus necesidades básicas?
Cada polo de la ciudad enfrenta sus dificultades, quizá algunos niños y niñas pasan hambre mientras estás leyendo este artículo; en este instante hay personas sin luz o agua en sus casas, al no cubrir el costo de sus recibos.
Somos una artillería de ayuda que debe tener precisión, es decir, enfrentar la verdadera necesidad de la comunidad. De nada nos servirá regalar pan en la panadería, quizá necesitan otro recurso.
Los rotarios, somos esa rueda que ninguna dificultad podrá detener
, recordemos aquella máxima de Frederick Sheldon que nos dice:
Se beneficia más, quien mejor sirve.
Identificar el área prioritaria donde impactará la crisis.
El 03 de febrero de 1983, se incorporó a la Carta Magna de nuestro país los términos “área prioritaria” y “área estratégica”, con lo cual se buscaba proteger los sectores de desarrollo que serían claves para la economía.
Lamentablemente, que los legisladores plasmen “área prioritaria” en la ley, no significa que mágicamente se desarrollará. Y esto lo notamos con los más afectados de la crisis actual: las PYMEs.
Al parecer, el Coronavirus enfermó a muchas PYMEs y, peor aún, algunas podrían contarse entre las miles de muertes que el virus dejó.
Hablar de áreas prioritarias, es hablar de los empresarios y trabajadores mexicanos.
Muchos empresarios de nuestro Estado, no recibieron el apoyo adecuado de autoridades y se vieron en necesidad de cerrar sus negocios y con ello, llevarse la imagen desoladora de trabajadores, y sus familias, en carencia económica.
Hacer que la rueda de Rotary siga en movimiento.
Que nos sirva de ejemplo aquella fábula de Esopo titulada “El labrador y sus hijos”, donde un padre al borde de la muerte dijo a sus hijos: “mi herencia está en la viña”, y estos, al buscarla, se dieron cuenta que era un tesoro llamado trabajo.
Nuestra comunidad rotaria puede ayudar a las áreas prioritarias de las naciones y de la humanidad.
Podemos ayudar a las PYMEs afectadas a través de microcréditos e impulsar el empleo que sostiene miles de hogares.
Desarrollemos subvenciones en proyectos y seamos testigos de la sombra y alimento que pueden proporcionar sus frutos a los sectores desfavorecidos.
Con nuestros programas podemos cambiar vidas y mejor aún,
formar a los líderes
del mañana. Actuar, es una palabra corta, que se traduce en infinidad beneficios.
¿Quieres ser feliz? No olvides tus metas. Lo peor que le puede pasar a una persona es olvidar hacia dónde se dirige. Para ser rotarios de impacto, es esencial tener la mirada en las metas que vamos a lograr. Al final, cuando la vida nos pida rendir cuentas, será de mayor valor las vidas que beneficiamos, que las cifras bancarias.
Para enfrentar las situaciones complicadas, para ser líderes en tiempos de crisis, tenemos que establecer nuestras metas con bases fuertes, que no se derrumben con cualquier viento.
Las metas deben de construirse sobre piedra, no sobre arena, pues lo mucho que se construye con arena fácil se desploma, pero cuando construyes sobre piedra, por más que un huracán haga destrozos, habrá bases firmes para levantarte. Tú puedes
convertir esta crisis en una oportunidad.
¿Cómo has construido tus metas? ¿Con bases de piedra o bases de arena? Esta crisis puede mostrártelo y que mejor si tus bases pueden impactar a otros, pues
somos rotarios y nuestras obras impactarán a la humanidad
.